Saúl se convierte en rey
1 Samuel 9:1-10:27, ~7 mins
9 Había un varón de Benjamín, hombre valiente llamado Cis, hijo de Abiel, hijo de Zeror, hijo de Becorat, hijo de Afía, hijo de un benjamita. 2 Él tenía un hijo llamado Saúl, joven elegante y simpático, tanto que entre los hijos de Israel no había otro mejor que él. De los hombros arriba era más alto que cualquiera del pueblo.
3 Y las asnas de Cis, el padre de Saúl, se perdieron, por lo cual Cis mandó a su hijo Saúl: Toma ahora contigo a uno de los esclavos, levántate y vé a buscar las asnas. 4 Entonces él pasó por la región montañosa de Efraín y atravesó la tierra de Salisa, pero no las hallaron. Pasaron luego por la tierra de Saalim, y nada. Atravesaron la tierra de Benjamín y no las hallaron.
5 Cuando llegaron a la tierra de Suf, Saúl dijo al esclavo que estaba con él: Vayamos, regresemos, no sea que mi padre olvide las asnas y se preocupe por nosotros.
6 Pero él le respondió: Mira, en esta ciudad hay un varón de ʼElohim que es famoso. Todo lo que él dice acontece sin falta. Vayamos allá. Quizás nos diga el camino por el cual debemos ir.
7 Saúl respondió a su esclavo: Pero si vamos, ¿qué llevamos al varón? Porque el pan de nuestras alforjas se acabó. No tenemos presente para llevar al varón de ʼElohim. ¿Qué tenemos?
8 Entonces el esclavo volvió a contestar a Saúl: Mira, tengo en mi poder una moneda de 2,75 gramos de plata. Se la daré al varón de ʼElohim para que nos indique nuestro camino. 9 Antiguamente en Israel cualquiera que iba a consultar a ʼElohim decía: Vamos al vidente, porque el profeta de la actualidad era llamado vidente.
10 Entonces Saúl dijo a su esclavo: Bien dicho. Anda, vayamos. Y fueron a la ciudad donde estaba el varón de ʼElohim.
11 Cuando subían por la cuesta de la ciudad, hallaron a unas jóvenes que salían a buscar agua, a las cuales preguntaron: ¿Está aquí el vidente?
12 Y ellas respondieron: Sí, ahí está adelante de ti. Ahora pues, suban de inmediato, pues hoy vino a la ciudad porque hoy el pueblo tiene un sacrificio en el lugar alto. 13 Al entrar en la ciudad, lo hallarán, antes que suba al lugar alto a comer, porque el pueblo no comerá hasta que él llegue, pues él tiene que bendecir el sacrificio, y después comerán los invitados. Ahora pues, suban, porque enseguida lo hallarán.
14 Ellos entonces subieron a la ciudad. Cuando llegaron al centro de la ciudad, ahí salía Samuel hacia a ellos para subir al lugar alto.
15 Un día antes que Saúl llegara, Yavé lo reveló al oído de Samuel: 16 Mañana a esta hora te enviaré a un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás como jefe de mi pueblo Israel. Él librará a mi pueblo de mano de los filisteos, porque Yo vi a mi pueblo, y su clamor llegó hasta Mí.
17 Cuando Samuel vio a Saúl, Yavé le dijo: Aquí está el varón de quien te hablé. Éste gobernará a mi pueblo.
18 Cuando Saúl se acercó a Samuel en medio de la puerta, le dijo: Te ruego que me digas dónde está la casa del vidente.
19 Samuel respondió a Saúl: Yo soy el vidente. Sube delante de mí al lugar alto, y coman hoy conmigo. Por la mañana te despediré y te diré todo lo que hay en tu corazón. 20 En cuanto a las asnas que se te perdieron hace tres días, no te preocupes por ellas, porque fueron halladas. Además, ¿para quién es todo lo deseable de Israel sino para ti y para toda la casa de tu padre?
21 Saúl respondió: ¿No soy yo un benjamita, de la más pequeña de las tribus de Israel? Y mi familia, ¿no es la más pequeña de las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué me hablas de ese modo?
22 Entonces Samuel tomó a Saúl y a su esclavo y los introdujo en la sala. Les dio lugar en la cabecera de los convidados, los cuales eran unos 30 hombres. 23 Samuel dijo al cocinero: Trae la porción que te di, de la cual te dije: Ponla aparte.
24 Entonces el cocinero tomó una espaldilla con lo que estaba sobre ella, y la colocó delante de Saúl. Y Samuel dijo: Aquí está lo que estaba reservado. Ponlo delante de ti y come, pues en el momento apropiado fue guardado para ti, aun desde cuando invité al pueblo. Aquel día Saúl comió con Samuel.
25 Cuando bajaron del lugar alto a la ciudad, habló con Saúl en la azotea. 26 Madrugaron, y aconteció que al despuntar el alba, Samuel llamó a Saúl a la azotea y dijo: ¡Levántate, y te despediré! Entonces Saúl se levantó, y ambos salieron. 27 Cuando bajaban al extremo de la ciudad, Samuel le dijo a Saúl: Dile al muchacho que pase adelante de nosotros. Pero tú espera un poco para que oigas Palabra de ʼElohim. Y el muchacho pasó adelante.
10 Samuel tomó la vasija de aceite y la derramó sobre la cabeza de Saúl. Lo besó y le dijo: ¿No te ungió Yavé para que seas jefe de su heredad? 2 Al alejarte hoy de mí, hallarás a dos hombres junto al sepulcro de Raquel en Selsa, el límite de Benjamín, quienes te dirán: Las asnas que buscabas fueron halladas. Pero mira, tu padre dejó a un lado lo de las asnas y está preocupado por ustedes, y dice: ¿Qué hago en cuanto a mi hijo?
3 Luego cuando pases de allí adelante y llegues al roble de Tabor, te saldrán al encuentro tres hombres que suben a ʼElohim en Bet-ʼEl, uno que lleva tres cabritos, otro que lleva tres tortas de pan y otro que lleva un odre de vino. 4 Ellos te saludarán y te darán dos panes, los cuales recibirás de sus manos.
5 Después de esto llegarás a la colina de ʼElohim donde hay una guarnición de los filisteos. Cuando entres en la ciudad, encontrarás un grupo de profetas que bajan del alto, precedidos de salterios, panderos, flautas y arpas. Ellos estarán profetizando. 6 Entonces el Espíritu de Yavé vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos. Serás cambiado en otro hombre. 7 Cuando te sucedan estas señales, haz lo que te venga a la mano, porque ʼElohim está contigo.
8 Luego bajarás adelante de mí a Gilgal. Y mira, yo bajaré a ti para ofrecer holocaustos y sacrificar ofrendas de paz. Espera siete días, hasta que yo vaya a ti y te indique lo que debes hacer.
9 Sucedió que cuando él volvió la espalda para alejarse de Samuel, ʼElohim le cambió el corazón. Todas esas señales ocurrieron aquel día. 10 Cuando llegaron a la Colina, ciertamente la compañía de profetas llegaba a encontrarse con él, y el Espíritu de ʼElohim se apoderó de él, y profetizó entre ellos. 11 Sucedió que cuando todos los que lo conocían vieron que profetizaba con los profetas, los del pueblo se decían el uno al otro: ¿Qué le sucedió al hijo de Cis? ¿También Saúl está entre los profetas?
12 Un hombre de allí dijo: ¿Y quién es el padre de ellos? Por esta causa se convirtió en refrán: ¿También Saúl está entre los profetas?
13 Cesó de profetizar, y al llegar al lugar alto, 14 el tío de Saúl le preguntó a él y a su esclavo: ¿A dónde fueron? Y él respondió: A buscar las asnas, y como no aparecían, acudimos a Samuel.
15 Y el tío de Saúl dijo: Te ruego que me declares lo que les dijo Samuel.
16 Saúl respondió a su tío: Nos dijo claramente que las asnas fueron halladas. Pero nada dijo relacionado con lo que Samuel le dijo sobre el reino.
17 Entonces Samuel convocó al pueblo a reunirse ante Yavé en Mizpa 18 y dijo a los hijos de Israel: Yavé ʼElohim de Israel dice: Yo saqué a Israel de Egipto, y los libré de mano de los egipcios y de todos los reinos que los oprimieron. 19 Pero hoy ustedes rechazaron a su ʼElohim, Quien los salva de todas sus desgracias y angustias. Le dijeron: No. Más bien, designa un rey sobre nosotros. Ahora pues, preséntense ante Yavé según sus tribus y según sus familias.
20 Samuel acercó a las tribus de Israel, y fue seleccionada la tribu de Benjamín. 21 Luego acercó a la tribu de Benjamín según sus familias, y fue designada la familia de Matri. De ella Saúl, hijo de Cis, fue seleccionado, pero cuando lo buscaron, no fue hallado. 22 Entonces consultaron otra vez a Yavé: ¿Ese varón ya llegó aquí?
Y respondió Yavé: Ahí está, escondido entre el equipo militar.
23 Corrieron y lo sacaron de allí. Cuando se presentó en medio del pueblo, vieron que de los hombros para arriba era más alto que todos. 24 Samuel dijo a todo el pueblo: ¿Vieron al que Yavé eligió? En todo el pueblo nadie hay como él.
Entonces el pueblo exclamó: ¡Viva el rey!
25 Luego Samuel explicó al pueblo los procedimientos del reino y los escribió en el rollo que presentó a Yavé. Después Samuel despidió a todo el pueblo, cada uno a su casa.
26 Saúl fue también a su casa en Gabaa, y algunos hombres valientes cuyos corazones ʼElohim tocó fueron con él. 27 Pero algunos hombres perversos dijeron: ¿Cómo nos va a salvar éste? Lo despreciaron y no le llevaron algún presente. Pero él disimuló.