Samuel, el profeta
1 Samuel 3:1-4:22, ~5 mins
3 El joven Samuel ministraba a Yavé en presencia de Elí. En aquellos días la Palabra de Yavé era escasa y las visiones no frecuentes.
2 Por ese tiempo aconteció que mientras Elí estaba acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse de modo que no podía ver, 3 antes que se apagara la lámpara de ʼElohim, y mientras Samuel estaba acostado en el Tabernáculo de Yavé, en el lugar donde estaba el Arca de ʼElohim, 4 Yavé llamó a Samuel.
Él respondió: Aquí estoy. 5 Enseguida corrió hacia Elí y dijo: Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste? Y Elí le contestó: Yo no te llamé. Vuelve y acuéstate. Y él volvió y se acostó.
6 Yavé volvió a llamar a Samuel. Samuel se levantó, fue a Elí y dijo: Aquí estoy, ¿para qué me llamaste?
Y él respondió: Yo no te llamé, hijo mío. Vuelve y acuéstate.
7 Samuel no conocía aún a Yavé, ni la Palabra de Yavé le había sido aún revelada. 8 Yavé llamó a Samuel por tercera vez.
Y él se levantó, fue a Elí y dijo: Aquí estoy, porque me llamaste.
Entonces Elí entendió que Yavé llamaba al joven.
9 Elí dijo a Samuel: Vé y acuéstate. Si te llama, dirás: Habla Yavé, porque tu esclavo escucha. Samuel fue y se acostó en su lugar.
10 Yavé llegó y se detuvo. Como las otras veces llamó: ¡Samuel, Samuel!
Y Samuel respondió: Habla, porque tu esclavo escucha.
11 Yavé dijo a Samuel: Mira, Yo haré una cosa en Israel que al que la oiga, le vendrá un sonido vibrante en ambos oídos. 12 Ese día cumpliré contra Elí todas las cosas que anuncié con respecto a su casa, desde el principio hasta el fin. 13 Porque le informé que castigaré a su casa para siempre por la iniquidad que él sabía, porque sus hijos trajeron una maldición sobre ellos, y él no los reprendió. 14 Por eso juré a la casa de Elí que la iniquidad de su casa no tendrá jamás algo que apacigüe, ni con sacrificios ni con ofrendas.
15 Samuel estuvo acostado hasta la mañana y abrió las puertas del Tabernáculo de Yavé. Pero Samuel temía contar la visión a Elí.
16 Así que Elí llamó a Samuel y le dijo: Hijo mío, Samuel.
Y él respondió: Aquí estoy.
17 Y preguntó: ¿Cuál es la Palabra que te habló? Te ruego que no me la ocultes. Así te haga ʼElohim y aún te añada, si me ocultas alguna Palabra de todas las que te habló. 18 Entonces Samuel le contó todo, sin ocultarle nada. Y él respondió: Es Yavé. Haga lo que le parezca bien.
19 Samuel creció, y Yavé estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus Palabras. 20 Todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, supo que Samuel fue designado profeta de Yavé. 21 Yavé volvió a aparecer en Silo, porque Yavé se revelaba a Samuel en Silo a través de la Palabra de Yavé.
4 La palabra de Samuel llegaba a todo Israel. Entonces Israel salió a enfrentar a los filisteos en batalla y acampó junto a Ebenezer. Los filisteos acamparon en Afec y 2 se dispusieron en orden de batalla contra Israel. La batalla fue feroz, e Israel fue derrotado por los filisteos. Unos 4.000 hombres de sus filas fueron matados en el campo de batalla. 3 Cuando el pueblo regresó al campamento, los ancianos de Israel preguntaron: ¿Por qué Yavé nos hirió hoy ante los filisteos? Traigámonos de Silo el Arca del Pacto de Yavé para que Él esté entre nosotros y nos salve de la mano de nuestros enemigos.
4 El pueblo envió gente a Silo, y llevaron de allí el Arca del Pacto de Yavé de las huestes, Quien mora entre los querubines. Estaban allí los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, con el Arca del Pacto de ʼElohim.
5 Cuando el Arca del Pacto de Yavé llegó al campamento, todo Israel gritó con tan grande júbilo que la tierra resonó. 6 Cuando los filisteos oyeron el estruendo del júbilo dijeron: ¿Qué es este estruendo de gran clamor en el campamento de los hebreos?
Y supieron que el Arca de Yavé llegó al campamento. 7 Los filisteos tuvieron temor y dijeron: ¡Los ʼelohim llegaron al campamento! Y decían: ¡Ay de nosotros, porque nunca antes sucedió tal cosa! 8 ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de estos ʼelohim poderosos? ¡Éstos son los ʼelohim que golpearon a Egipto con toda plaga en el desierto! 9 ¡Filisteos, esfuércense y demuestren que son hombres, para que no sean esclavos de los hebreos como ellos fueron de ustedes! ¡Sean hombres y combatan!
10 Los filisteos combatieron, e Israel fue derrotado. Cada hombre huyó a su tienda, y hubo una gran matanza, porque cayeron de Israel 30.000 hombres de a pie. 11 El Arca de ʼElohim fue capturada, y los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, murieron.
12 Aquel mismo día, cierto hombre de Benjamín corrió desde el campo de batalla hasta Silo, con ropas rasgadas y tierra sobre su cabeza. 13 Cuando llegó, allí Elí estaba sentado en una silla. Vigilaba con afán junto al camino, porque su corazón temblaba a causa del Arca de ʼElohim. Cuando aquel hombre llegó a la ciudad para informar, toda la ciudad dio gritos.
14 Cuando Elí oyó el estruendo del griterío, dijo: ¿Qué significa todo ese alboroto?
Y aquel hombre se apresuró, llegó e informó a Elí. 15 Elí tenía 98 años de edad y sus ojos estaban ya fijos, pues no podía ver. 16 Aquel hombre dijo a Elí: Yo vine de la batalla. Escapé. Y le preguntó: ¿Qué sucedió, hijo mío?
17 El mensajero respondió: Israel huyó de los filisteos, y hubo también una gran matanza entre el pueblo. También tus dos hijos, Ofni y Finees, murieron, y el Arca de ʼElohim fue capturada.
18 Cuando mencionó el Arca de ʼElohim, aconteció que cayó de su silla hacia atrás, junto a la puerta. Se le quebró la nuca y murió, porque era hombre anciano y pesado. Él juzgó a Israel 40 años.
19 Su nuera, la esposa de Finees, que estaba embarazada y cercana al parto, al escuchar la noticia de que el Arca de ʼElohim fue capturada y que su suegro y su esposo murieron, se agachó, pues le llegaron los dolores y dio a luz. 20 En el momento cuando moría, las que estaban junto a ella decían: No temas, porque diste a luz un hijo. Pero ella no respondió ni prestó atención.
21 Y llamó al niño Icabod y dijo: ¡Traspasada es la gloria de Israel, porque el Arca de ʼElohim fue capturada! Su suegro y su esposo murieron. 22 Y dijo: ¡La gloria de Israel es traspasada, porque el Arca de ʼElohim fue capturada!