Versos

Rut, Noemí y Boaz

Rut 1:1-4:22, ~9 mins

1 Aconteció en los días cuando gobernaban los jueces, que hubo una hambruna en la tierra. Un hombre de Belén de Judá fue a vivir temporalmente en los campos de Moab con su esposa y sus dos hijos. 2 El nombre de aquel varón era Elimelec, el nombre de su esposa, Noemí, y los nombre de sus dos hijos Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá. Así que llegaron a los campos de Moab y permanecieron allí.

3 Elimelec, esposo de Noemí, murió. Y Noemí quedó sola con sus dos hijos, 4 los cuales tomaron esposas moabitas, cuyos nombres eran Orfa y Rut. Vivieron allí como diez años. 5 Después murieron también Mahlón y Quelión. Noemí quedó sin sus dos hijos y sin su esposo.

6 Entonces ella se levantó con sus nueras para regresar de los campos de Moab, porque oyó que Yavé había visitado a su pueblo para darles pan. 7 Así que ella salió del lugar donde estaba, y con sus dos nueras tomaron camino para regresar a la tierra de Judá.

8 Noemí dijo a sus dos nueras: Anden, regresen, cada una a la casa de su madre. ¡Tenga Yavé misericordia de ustedes como ustedes la tuvieron con los difuntos y conmigo! 9 Yavé les conceda a cada una que hallen descanso en la casa de su esposo.

Luego las besó. Ellas alzaron sus voces, lloraron 10 y le decían: Nosotras volveremos contigo a tu pueblo.

11 Pero Noemí dijo: Regresen, hijas mías. ¿Por qué deben ir conmigo? ¿Tengo yo aún hijos en mis entrañas para que sean sus esposos? 12 Regresen, hijas mías, vayan. Pues envejecí como para tener esposo, y aunque dijera: Tengo esperanza, y esta noche estuviera con mi esposo, e incluso diera a luz hijos, 13 ¿los esperarían hasta que crezcan? ¿Se retraerían por ellos sin tomar esposo? No, hijas mías. Tengo mayor amargura que ustedes, pues la mano de Yavé se levantó contra mí.

14 Entonces ellas alzaron su voz y lloraron otra vez. Orfa besó a su suegra, pero Rut siguió apegada a ella.

15 Noemí dijo: Mira, tu cuñada regresó a su pueblo y a sus ʼelohim. Regresa detrás de tu cuñada.

16 Rut respondió: No me ruegues que te deje y me aparte de ti. Porque adondequiera que tú vayas, yo iré, y dondequiera que vivas, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu ʼElohim mi ʼElohim. 17 Donde tú mueras, yo moriré, y allí seré sepultada. Así me haga Yavé, y aun me añada, que solo la muerte hará separación entre nosotras dos. 18 Y al ver que estaba resuelta a irse con ella, desistió de decirle más.

19 Caminaron las dos hasta que llegaron a Belén. Sucedió que al entrar en Belén, toda la ciudad se alborotó a causa de ellas, y las mujeres decían: ¿No es ésta Noemí?

20 Y ella les decía: No me llamen Noemí. Llámenme Mara, porque ʼEL-Shadday me trató muy amargamente.

21 Yo salí llena, pero Yavé dispuso que regresara vacía. ¿Por qué me llaman Noemí, puesto que Yavé dio testimonio contra mí, y ʼEL-Shadday me afligió?

22 Así regresó Noemí con su nuera, Rut la moabita, cuando volvió de la tierra de Moab. Llegaron a Belén al principio de la cosecha de la cebada.

2 Noemí tenía un pariente de su esposo, hombre muy rico llamado Booz, de la familia de Elimelec.

2 Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me permitas ir al campo, y rebuscaré espigas detrás de aquel ante el cual halle gracia.

Y ella le respondió: Vé, hija mía. 3 Fue y espigó en el campo detrás de los cosechadores. Ocurrió que aquella parte del campo era de Booz, quien era de la familia de Elimelec.

4 Ciertamente Booz llegó de Belén y dijo a los cosechadores: ¡Yavé sea con ustedes!

Y ellos respondieron: ¡Yavé te bendiga!

5 Booz preguntó a su esclavo, al que tenía a su cargo los cosechadores: ¿De quién es esa joven?

6 El esclavo que estaba encargado de los cosechadores respondió: Es la joven moabita que regresó de los campos de Moab con Noemí, 7 y ella dijo: Permíteme que rebusque y recoja entre los manojos, detrás de los cosechadores. Así que entró y está desde la mañana hasta ahora, aunque reposó un poco en la casa.

8 Entonces Booz dijo a Rut: Escucha, hija mía. No vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí, sino quédate aquí con mis esclavas. 9 Fíjate en el campo donde cosechen y síguelas. Ciertamente ordené a los esclavos que no te toquen. Cuando tengas sed, vé a los cántaros de agua y bebe de la que sacan los esclavos.

10 Entonces ella cayó sobre su rostro, se inclinó hasta la tierra y le preguntó: ¿Por qué hallé gracia delante de ti para que te fijes en mí, aunque soy una extranjera?

11 Booz le respondió: Supe en detalle todo lo que hiciste con tu suegra después de la muerte de tu esposo, y cómo abandonaste a tu padre y a tu madre, la tierra de tu nacimiento, y viniste a un pueblo que no conocías. 12 Yavé recompense tu obra. Tu remuneración sea completa de parte de Yavé, el ʼElohim de Israel, bajo cuyas alas viniste a refugiarte.

13 Y ella dijo: ¡Halle yo gracia ante ti, ʼadón mío! Porque me consolaste y hablaste al corazón de tu esclava, aunque no soy ni como una de tus esclavas.

14 A la hora de comer Booz le dijo: Ven acá, come pan y moja tu bocado en el vinagre.

Así que ella se sentó junto a los cosechadores, y él le sirvió grano tostado. Ella comió y se sació, y le sobró. 15 Luego se levantó a espigar. Booz ordenó a sus criados: Hasta en medio de los manojos podrá espigar, y no la avergüencen. 16 Incluso dejarán caer para ella algo de los manojos y lo abandonarán para que ella lo espigue. No la reprendan.

17 Así ella espigó en el campo hasta el último período de la tarde. Desgranó lo que había espigado, y fue como una medida de 22 litros de cebada. 18 La tomó y fue a la ciudad, y su suegra vio lo que espigó. También sacó lo que le sobró de la comida, después de saciarse, y se lo dio.

19 Entonces su suegra le preguntó: ¿Dónde espigaste hoy? ¿Dónde trabajaste? ¡Bendito sea el que se fijó en ti!

Y ella declaró a su suegra con quién había trabajado, y añadió: El nombre del varón con el cual trabajé hoy es Booz.

20 Noemí dijo a su nuera: ¡Bendito sea él por Yavé! Pues nunca negó su misericordia ni a los vivos ni a los muertos. Además Noemí le dijo: Ese varón es nuestro pariente, uno de nuestros parientes más cercanos.

21 Entonces Rut la moabita dijo: Además me dijo: Júntate con mis esclavas hasta que acaben toda mi cosecha.

22 Noemí respondió a su nuera Rut: Bueno será, hija mía, que salgas con sus esclavas para que no te maltraten en el campo de otro.

23 Así pues, tuvo estrecha compañía con las esclavas de Booz, y espigó hasta que se acabó la cosecha de la cebada y la cosecha del trigo. Pero vivía con su suegra.

3 Entonces su suegra Noemí le dijo: Hija mía, ¿no buscaré seguridad para ti donde estés bien? 2 Ahora pues, aquel Booz, con cuyas esclavas tú estuviste, ¿no es pariente nuestro? Mira, él avienta la era de la cebada esta noche. 3 Así que lávate y úngete. Ponte tu mejor ropa y baja a la era. Pero no te des a conocer al varón hasta que acabe de comer y beber. 4 Cuando se acueste, observarás bien el lugar donde se acueste. Irás, alzarás la cubierta de sus pies, y te acostarás allí. Él te dirá lo que debes hacer.

5 Y ella respondió: Haré todo lo que me dices. 6 Así que bajó a la era e hizo todo lo que su suegra le mandó.

7 Cuando Booz comió y bebió, y estuvo alegre su corazón, se retiró a dormir en un lado del montón. Entonces ella fue calladamente, descubrió sus pies y se acostó. 8 Sucedió que a la media noche aquel varón se estremeció y palpó, ¡y ahí estaba una mujer acostada a sus pies!

9 Entonces él dijo: ¿Quién eres tú?

Y ella respondió: Soy Rut, tu esclava. Extiende el borde de tu manto sobre tu esclava, porque eres mi pariente cercano.

10 Y él dijo: ¡Bendita seas por Yavé, hija mía! Hiciste mejor tu última bondad que la primera, al no ir en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos. 11 Ahora pues, hija mía, no temas. Yo haré por ti todo lo que me dices, pues todo mi pueblo en la ciudad sabe que eres una mujer excelente. 12 Ahora, aunque es cierto que soy un pariente cercano, sin embargo, hay un pariente más cercano que yo. 13 Permanece aquí esta noche, y cuando llegue el día, si él quiere redimirte, bien, que te redima. Pero si él no quiere redimirte, ¡vive Yavé, yo te redimiré! Acuéstate hasta la mañana.

14 Así que ella se acostó a sus pies hasta la mañana. Luego se levantó antes que uno pudiera reconocer a otro, porque él dijo: No se sepa que vino mujer a la era.

15 Después le dijo: Dame el manto que está sobre ti y sostenlo. Ella lo sostuvo. Y él tomó seis medidas de cebada y se las colocó encima. Entonces ella fue a la ciudad.

16 Cuando volvió a su suegra, ésta preguntó: ¿Qué sucedió, hija mía?

Y ella le contó todo lo que aquel varón había hecho por ella. 17 Y añadió: Me dio estas seis medidas de 22 litros de cebada, pues dijo: No regreses a tu suegra con las manos vacías.

18 Y ésta dijo: Descansa, hija mía, hasta que sepas cómo termina este asunto, porque el hombre no descansará hasta que concluya hoy mismo el asunto.

4 Booz subió a la puerta y se sentó allí. Y ciertamente ahí pasaba aquel pariente más cercano, del cual Booz habló, y le dijo: ¡Hola, fulano, ven acá y siéntate! Y él se desvió y se sentó.

2 Entonces Booz tomó diez varones de los ancianos de la ciudad y dijo: Siéntense aquí.

Y se sentaron. 3 Luego dijo al pariente más cercano: Noemí, quien regresó de la tierra de Moab, vende la parcela de tierra que perteneció a nuestro hermano Elimelec.

4 Decidí hacértelo saber y decirte frente a los que están sentados aquí y frente a los ancianos de mi pueblo, que la compres. Si quieres redimirla, redímela. Si no quieres redimirla, decláramelo para que lo sepa, porque no hay nadie para redimirla fuera de ti, y después de ti, yo. Y él contestó: Yo la redimiré.

5 Pero Booz añadió: El día cuando adquieras el campo de mano de Noemí, deberás tomar también a Rut la moabita, esposa del difunto, para perpetuar el nombre del muerto sobre su herencia.

6 El pariente más cercano respondió: Entonces no podré redimirla para mí, pues destruiría mi herencia. Redime tú. Usa mi oportunidad, porque yo no podré redimir.

7 Desde antaño había una tradición en Israel con respecto a la redención y al contrato para confirmar cualquier asunto. Uno se quitaba su sandalia y la daba al otro, y esto servía de testimonio en Israel.

8 Entonces el pariente más cercano dijo a Booz: Adquiérela para ti. Y se quitó la sandalia.

9 Entonces Booz anunció a los ancianos y a todo el pueblo: Ustedes son testigos hoy de que adquirí de mano de Noemí todo lo que fue de Elimelec, de Quelión y de Mahlón. 10 Además adquiero a Rut la moabita, esposa de Mahlón, para que sea mi esposa a fin de perpetuar el nombre del difunto sobre su heredad, y que el nombre del difunto no se borre de entre sus hermanos ni de la puerta de su lugar. Ustedes son testigos hoy.

11 Todos los del pueblo que estaban en la puerta con los ancianos, dijeron: ¡Somos testigos! ¡Yavé haga que la esposa que entra en tu casa sea como Raquel y como Lea, quienes edificaron la familia de Israel, que tú logres riqueza en Efrata y seas famoso en Belén, 12 y tu casa sea como la casa de Fares, a quien Tamar dio a luz para Judá, por la descendencia que Yavé te dé por medio de esta joven!

13 Booz tomó, pues, a Rut, y ella fue su esposa. Se unió con ella, y Yavé permitió que concibiera y dio a luz un hijo. 14 Y las mujeres decían a Noemí: ¡Bendito sea Yavé que no permitió que te falte pariente hoy! ¡Sea su nombre famoso en Israel! 15 ¡Que también él sea para ti restaurador de vida y sustentador de tu vejez! Porque tu nuera, quien te ama, te dio a luz, y ella es mejor para ti que siete hijos.

16 Noemí tomó al niño, lo puso en su pecho y fue su madre de crianza. 17 Las vecinas le dieron un nombre y dijeron: A Noemí le nació un hijo. Y lo llamaron Obed. Éste es el padre de Isaí, padre de David.

18 Éstas son las generaciones de Fares: Fares engendró a Hezrón, 19 Hezrón engendró a Ram, Ram engendró a Aminadab, 20 Aminadab engendró a Naasón, Naasón engendró a Salmón, 21 Salmón engendró a Booz, Booz engendró a Obed, 22 Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David.