Versos

José en la prisión

escrito por Moisés* en Génesis 39:1-40:23, ~5 mins

39 José fue llevado a Egipto. Potifar, funcionario de Faraón, capitán de la guardia, varón egipcio, lo compró a los ismaelitas que lo llevaron allá.

2 Pero Yavé estaba con José, y fue varón próspero. Estaba en la casa de su ʼadón egipcio. 3 Su ʼadón observó que Yavé estaba con él, porque todo cuanto hacía, Yavé lo prosperaba en su mano. 4 José halló gracia ante él y le servía. Él lo puso a cargo de su casa y entregó en su mano todo lo que tenía. 5 Sucedió que, desde cuando lo puso a cargo de su casa y de todo lo que tenía, Yavé bendijo la casa del egipcio a causa de José. La bendición de Yavé estaba sobre todo lo que tenía, tanto en la casa como en el campo. 6 Todo lo que tenía lo dejó en mano de José. Con él allí, por nada se preocupaba, excepto por el pan que comía. José era de agradable presencia y de semblante varonil.

7 Después de estas cosas, aconteció que la esposa de su ʼadón fijó sus ojos en José y le dijo: ¡Únete a mí!

8 Pero él rehusó y respondió a la esposa de su ʼadón: Ciertamente mi ʼadón no se preocupa de lo que hay en la casa, y puso en mi mano todo lo que tiene. 9 No me priva de alguna cosa, sino solo de ti, por cuanto tú eres su esposa. ¿Cómo, pues, haría este mal tan grande y pecaría contra ʼElohim? 10 Sucedió que, aunque ella instaba a José cada día, él no la escuchaba para acostarse a su lado y unirse a ella.

11 Pero aconteció cierto día que, cuando él entró en la casa para hacer su oficio, y nadie de los de la casa estaba allí, 12 ella lo agarró de su manto y le dijo: ¡Únete a mí! Pero él dejó su manto en mano de ella, huyó y salió afuera.

13 Cuando ella miró que él abandonó su manto en la mano de ella y huyó hacia afuera, 14 llamó a los varones de su casa y les habló: Miren, nos trajo a un esclavo hebreo para que se burlara de nosotros. Vino para unirse a mí, pero grité a gran voz. 15 Sucedió que, cuando él oyó que alzaba mi voz y gritaba, al huir dejó su manto junto a mí y salió afuera.

16 Entonces ella retuvo el manto de él hasta que su ʼadón llegó a su casa, 17 y ella le habló las mismas palabras: El esclavo hebreo que nos trajiste vino a mí para divertirse conmigo. 18 Sucedió que cuando alcé mi voz y grité, él dejó su manto junto a mí y huyó afuera. 19 Entonces ocurrió que al oír su ʼadón las palabras que su esposa le habló: Así me trató tu esclavo, se encendió su furor.

20 Su amo tomó a José y lo echó en la cárcel donde estaban encerrados los presos del rey.

Allí estaba en la cárcel. 21 Pero Yavé estaba con José, le extendió su misericordia y le concedió gracia ante el jefe de la cárcel.

22 El jefe de la cárcel entregó en mano de José a todos los presos que estaban en la cárcel. Todo lo que hacían allí, él era el responsable. 23 El jefe de la cárcel no supervisaba algo que estuviera en mano de José, porque Yavé estaba con él. Lo que él emprendía, Yavé lo prosperaba.

40 Después de estas cosas, sucedió que el copero y el panadero del rey de Egipto ofendieron a su ʼadón, el rey de Egipto. 2 Faraón se enfureció contra sus dos funcionarios: el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos. 3 Los puso bajo custodia en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde estaba preso José. 4 El capitán de la guardia se los encargó a José, y éste les servía. Estuvieron bajo custodia durante algún tiempo.

5 El copero y el panadero del rey de Egipto, cuando estaban presos en la cárcel, ambos tuvieron un sueño en una misma noche, cada uno su sueño con su peculiar sentido.

6 José fue a ellos por la mañana y observó que estaban perturbados. 7 Preguntó a los funcionarios de Faraón que estaban con él en la prisión de la casa de su ʼadón: ¿Por qué sus rostros parecen tristes hoy?

8 Le respondieron: Nos vino un sueño y no hay quien lo interprete. Entonces José les dijo: ¿No corresponden las interpretaciones a ʼElohim? Les ruego que me los narren.

9 Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José: En mi sueño apareció ante mí una vid, 10 y en la vid estaban tres ramas. Parecía que les salían brotes, florecían, y sus racimos de uvas maduraban. 11 La copa de Faraón estaba en mi mano. Tomé las uvas y las exprimí en la copa de Faraón, y entregué la copa en mano de Faraón.

12 José le dijo: Esta es su interpretación: Las tres ramas son tres días. 13 Dentro de tres días Faraón alzará tu cabeza y te devolverá a tu puesto. Pondrás la copa de Faraón en su mano, como de costumbre cuando eras su copero. 14 Pero cuando te vaya bien, acuérdate de mí. Te ruego que tengas misericordia de mí, me menciones a Faraón y me saques de esta casa, 15 porque ciertamente fui secuestrado de la tierra de los hebreos. Nada hice aquí para que me confinaran en la cárcel.

16 Entonces, al ver el jefe de los panaderos que interpretó favorablemente, dijo a José: También yo soñé que veía tres cestas de pan sobre mi cabeza. 17 En la cesta más alta había de todos los manjares de Faraón, obra de panadero, y las aves se los comían de la cesta que estaba sobre mi cabeza.

18 José respondió: Esta es su interpretación: Las tres cestas son tres días. 19 Dentro de tres días Faraón alzará tu cabeza y te hará colgar de un árbol, y las aves comerán tu carne.

20 Sucedió, pues, al tercer día, el día del cumpleaños de Faraón, que él hizo un banquete para todos sus esclavos. En medio de sus esclavos levantó la cabeza del jefe de los coperos y la cabeza del jefe de los panaderos. 21 Restableció en su oficio al jefe de los coperos, y éste colocó la copa en la mano de Faraón, 22 pero colgó al jefe de los panaderos, como José les interpretó.

23 Sin embargo, el jefe de los coperos no se acordó de José, sino lo olvidó.