Versos

Jacob y Labán

escrito por Moisés* en Génesis 29:1-31:55, ~13 mins

29 Entonces Jacob prosiguió su viaje, y fue a tierra de los hijos de oriente. 2 Miró, y en el campo vio un pozo y tres rebaños de ovejas que descansaban junto a él, porque de aquel pozo solían abrevar los rebaños. Una gran piedra tapaba la boca del pozo. 3 Allí se juntaban todos los rebaños. Después de rodar la piedra de sobre la boca del pozo, abrevaban las ovejas, después de lo cual devolvían la piedra a su lugar, sobre la boca del pozo.

4 Jacob les dijo: Hermanos, ¿de dónde son? Y respondieron: Somos de Harán.

5 Les preguntó: ¿Conocen a Labán, hijo de Nacor? Contestaron: Lo conocemos.

6 Les dijo: ¿Está en paz? Y ellos dijeron: En paz, y mira, su hija Raquel viene con el rebaño.

7 Él dijo: Miren, todavía es pleno día. Aún no es tiempo de recoger el ganado. Abreven las ovejas y déjenlas pastar.

8 Pero ellos respondieron: No podemos hasta que todos los rebaños se reúnan. Entonces rodamos la piedra de sobre la boca del pozo y abrevamos las ovejas.

9 Cuando él aun hablaba con ellos, Raquel llegó con el rebaño de su padre, pues ella era la pastora. 10 Sucedió que cuando Jacob vio a Raquel, hija de Labán, hermano de su madre, y el rebaño de Labán, hermano de su madre, Jacob se acercó y rodó la piedra de sobre la boca del pozo y abrevó el ganado de Labán. 11 Después Jacob besó a Raquel, alzó su voz y lloró. 12 Jacob le declaró a Raquel que él era pariente de su padre e hijo de Rebeca. Y ella corrió y lo declaró a su padre.

13 Aconteció que cuando Labán oyó la noticia con respecto a Jacob, hijo de su hermana, corrió a su encuentro. Lo abrazó y lo besó efusivamente, y lo llevó a su casa. Y él contó a Labán todas estas cosas. 14 Labán le dijo: ¡Ciertamente eres hueso mío y carne mía! Y habitó con él un mes.

15 Entonces Labán dijo a Jacob: ¿Me vas a servir sin pago por ser mi pariente? Indícame cuál será tu salario.

16 Labán tenía dos hijas. El nombre de la mayor era Lea, y el de la menor, Raquel. 17 Los ojos de Lea eran alicaídos, mientras Raquel era de hermosa apariencia y bello semblante. 18 Jacob se había enamorado de Raquel, de modo que dijo: Te serviré siete años por Raquel, tu hija menor.

19 Y Labán respondió: Mejor es que te la dé a ti que dársela a otro hombre. Quédate conmigo. 20 Así Jacob sirvió por Raquel siete años y le parecieron como unos días, porque la amaba.

21 Y Jacob dijo a Labán: Dame a mi esposa porque mi plazo se cumplió y deseo unirme a ella. 22 Entonces Labán reunió a todos los varones de aquel lugar e hizo banquete.

23 Pero sucedió que al anochecer tomó a su hija Lea y se la llevó, y Jacob se unió a ella. 24 Y Labán entregó su esclava Zilpa a su hija Lea como su esclava. 25 Al llegar la mañana, ¡claro que era Lea!

Y él dijo a Labán: ¿Qué es esto que hiciste conmigo? ¿No te serví por Raquel? ¿Por qué me engañaste?

26 Labán respondió: No se hace así en nuestro lugar, que se dé la más joven antes que la primogénita. 27 Completa la semana de ésta y se te dará también la otra, por la labor que harás para mí otros siete años.

28 Jacob hizo así y completó la semana de aquélla. Y le dio como esposa a su hija Raquel. 29 Labán le dio su esclava Bilha a su hija Raquel como esclava suya. 30 Así se unió también a Raquel y amó más a Raquel que a Lea. Y le sirvió a Labán aún otros siete años.

31 Al ver Yavé que Lea era menospreciada, abrió su matriz, mientras Raquel era estéril. 32 Lea concibió y dio a luz un hijo. Lo llamó Rubén, pues dijo: Yavé vio mi aflicción, y ahora mi esposo me amará. 33 Concibió de nuevo y dio a luz un hijo, y dijo: Yavé oyó que era menospreciada y me dio también a éste. Lo llamó Simeón.

34 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez mi esposo se sentirá ligado a mí, pues le di a luz tres hijos. Por tanto, lo llamó Leví.

35 Concibió una vez más y dio a luz un hijo, y declaró: Esta vez alabaré a Yavé. Por tanto lo llamó Judá, y dejó de concebir.

30 Al ver Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo celos de su hermana y decía a Jacob: ¡Dame hijos o me muero!

2 Entonces la ira de Jacob se encendió contra Raquel y contestó: ¿Estoy yo en lugar de ʼElohim que te impide el fruto del vientre?

3 Ella dijo: Aquí está mi esclava Bilha. Únete a ella, y que dé a luz sobre mis rodillas. Así también yo seré edificada por ella.

4 Le entregó a su esclava Bilha como mujer, y Jacob se unió a ella. 5 Bilha concibió y dio a luz un hijo a Jacob.

6 Entonces Raquel dijo: ʼElohim me juzgó. También oyó mi voz y me dio un hijo. Por tanto lo llamó Dan.

7 Bilha, esclava de Raquel, concibió otra vez y dio a luz un segundo hijo a Jacob. 8 Y Raquel dijo: Con gran conflicto luché contra mi hermana y vencí. Y lo llamó Neftalí.

9 Al ver Lea que cesó de dar a luz, tomó a su esclava Zilpa, y la dio a Jacob como mujer. 10 Zilpa, esclava de Lea, dio a luz un hijo a Jacob. 11 Entonces Lea dijo: ¡Vino la ventura! Y lo llamó Gad.

12 Zilpa, esclava de Lea, dio a luz un segundo hijo a Jacob. 13 Y Lea dijo: ¡Soy feliz! Porque las mujeres me llamarán dichosa. Y lo llamó Aser.

14 Durante la cosecha del trigo, Rubén fue y halló mandrágoras en el campo, y las llevó a su madre Lea. Y Raquel dijo a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo.

15 Y ella le contestó: ¿Te parece poco que me quitaste a mi esposo, y quieres llevarte las mandrágoras de mi hijo?

Raquel respondió: Bueno, que se una contigo esta noche en pago por las mandrágoras de tu hijo.

16 Cuando Jacob regresaba del campo al llegar la noche, Lea le salió al encuentro, y dijo: Únete a mí, porque te alquilé formalmente por unas mandrágoras de mi hijo. Y se unió con ella aquella noche.

17 ʼElohim oyó a Lea, quien concibió y dio a luz un quinto hijo a Jacob. 18 Y Lea dijo: ʼElohim me dio mi recompensa, por cuanto di mi esclava a mi esposo. Por eso lo llamó Isacar.

19 Lea concibió otra vez y dio a luz un sexto hijo a Jacob. 20 Y Lea dijo: ʼElohim me dio buena dote. Porque le di a luz seis hijos, esta vez mi esposo vivirá conmigo. Y lo llamó Zabulón.

21 Después dio a luz una hija y la llamó Dina.

22 ʼElohim se acordó de Raquel. ʼElohim la oyó y abrió su matriz. 23 Concibió y dio a luz un hijo, y dijo: ʼElohim quitó mi afrenta. 24 Lo llamó José y dijo: Añádame Yavé otro hijo.

25 Aconteció que cuando Raquel dio a luz a José, Jacob dijo a Labán: Despídeme para que me vaya a mi lugar y a mi tierra. 26 Dame mis esposas y mis hijos por los cuales te serví, y me iré, pues tú bien sabes cuál es el trabajo que realicé para ti.

27 Pero Labán le respondió: Halle yo gracia ante tus ojos. Percibí que Yavé me bendijo por tu causa. 28 Y añadió: Señálame tu salario, y te lo pagaré.

29 Pero Jacob dijo: Tú mismo sabes lo que te serví y cómo estuvo tu ganado conmigo. 30 Pues poco tenías antes de mi venida, y aumentó mucho. Yavé te bendijo con mi presencia. Así que, ¿cuándo trabajaré yo por mi propia casa?

31 Y él contestó: ¿Qué te daré?

Y Jacob dijo: No me des algo. Volveré a apacentar tu rebaño si haces esto para mí: 32 Hoy pasaré por todo tu rebaño y separaré de entre las cabras y ovejas toda manchada y moteada, y toda oscura. Éstas serán mi salario. 33 Así mañana, cuando vayas a comprobar mi salario, mi honradez responderá por mí: Todo lo que no sea moteado o manchado entre las cabras, o de color oscuro entre los corderos, se considerará hurtado por mí.

34 Y Labán respondió: ¡Convenido! ¡Que sea como tú dices!

35 Sin embargo, aquel mismo día Labán separó todas las cabras y los machos cabríos manchados y moteados. Toda aquella que tenía algo de blanco y todos los corderos de color los entregó en manos de sus hijos. 36 Además interpuso tres días de camino entre él y Jacob. Y Jacob quedó y apacentaba el resto del rebaño de Labán.

37 Entonces Jacob tomó varas verdes de álamo, de avellano y de castaño, y descortezó en ellas mondaduras blancas para descubrir así lo blanco de las varas. 38 Puso las varas que descortezó en los abrevaderos, delante del rebaño en las canales de agua donde bebían las ovejas, las cuales se apareaban cuando iban a beber. 39 Las ovejas se apareaban delante de las varas y parían borregos listados, moteados y manchados.

40 Entonces Jacob separaba los corderos, y colocaba con su propio rebaño lo listado y todo lo que era oscuro en el rebaño de Labán. Él colocó su manada aparte y no la mezcló con el rebaño de Labán. 41 Sucedía que cuantas veces se apareaban las robustas, Jacob colocaba las varas en los abrevaderos delante de las ovejas para que concibieran ante las varas. 42 En cambio, cuando las débiles llegaban, no las colocaba. Así las más débiles eran para Labán, y las más fuertes para Jacob.

43 El hombre se enriqueció muchísimo y logró poseer numerosos rebaños, esclavas y esclavos, camellos y asnos.

31 Pero Jacob escuchaba las palabras de los hijos de Labán, que decían: Jacob tomó todo lo que era de nuestro padre. Toda esta riqueza la adquirió con lo que era de nuestro padre. 2 Jacob observaba el semblante de Labán, y miraba que no era hacia él como antes.

3 Entonces Yavé dijo a Jacob: Regresa a la tierra de tus antepasados y a tu parentela, y Yo estaré contigo.

4 Luego Jacob mandó llamar a Raquel y a Lea al campo, donde tenía su rebaño, 5 y les dijo: Observo que el semblante del padre de ustedes hacia mí no es como antes, pero el ʼElohim de mi padre estuvo conmigo. 6 Ustedes saben también que con toda mi fuerza he servido a su padre, 7 pero su padre me engañó, y cambió mi salario diez veces. Sin embargo, ʼElohim no le permitió hacerme mal. 8 Si él decía así: Los moteados serán tu salario, entonces todas las ovejas parían moteados. Y si decía: Los listados serán tu salario, entonces todas las ovejas parían listados. 9 Así ʼElohim despojó del ganado a su padre, y me lo dio a mí.

10 Sucedió que en un sueño, en el tiempo cuando las ovejas se apareaban, levanté mis ojos y miré que los machos que montaban a las ovejas eran listados, moteados y manchados.

11 Y el Ángel de ʼElohim me dijo en el sueño: Jacob.

Y yo dije: Aquí estoy.

12 Y Él dijo: Levanta ahora tus ojos y verás que todos los machos que montan a las ovejas son listados, moteados y manchados, porque Yo veo todo lo que Labán te hace. 13 Yo soy el ʼEL de Bet-ʼEl, donde ungiste la estela y donde me hiciste un voto. Levántate ahora, sal de esta tierra y regresa a la tierra de tu nacimiento.

14 Al responder Raquel y Lea, le preguntaron: ¿Tenemos parte o herencia en la casa de nuestro padre? 15 ¿No nos consideraba ya como extrañas, pues nos vendió y consumió también nuestro dinero? 16 Porque toda la riqueza que ʼElohim despojó a nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos. Ahora pues, haz todo lo que ʼElohim te dijo.

17 Entonces Jacob se levantó y montó a sus hijos y a sus esposas en los camellos, 18 y condujo todo su ganado y toda su ganancia que acumuló, el ganado que le pertenecía que adquirió en Padan-aram, para ir a la casa de Isaac su padre, a la tierra de Canaán.

19 Mientras tanto, Labán fue a trasquilar sus ovejas. Raquel hurtó los ídolos domésticos de su padre. 20 Jacob engañó a Labán el arameo al no avisarle que se iba. 21 Él huyó con todo lo que tenía. Y al levantarse, vadeó el río y se dirigió hacia la montaña de Galaad.

22 Al tercer día le informaron a Labán que Jacob huyó. 23 Entonces tomó a sus parientes consigo, lo persiguió durante siete días y lo alcanzó en la montaña de Galaad.

24 Pero en el sueño de la noche, ʼElohim llegó a Labán el arameo y le dijo: ¡Ten cuidado de no hablar a Jacob bien ni mal!

25 Labán alcanzó a Jacob, quien ya había plantado sus tiendas en la montaña. Labán acampó con sus parientes en la misma montaña de Galaad. 26 Y Labán preguntó a Jacob: ¿Qué hiciste? ¡Me engañaste y te trajiste a mis hijas como prisioneras de guerra! 27 ¿Por qué te escondiste para huir? Me engañaste y no me avisaste para despedirte con festejos y cantares, con tamboril y arpa. 28 Ni siquiera me dejaste besar a mis nietos ni a mis hijas. ¡Actuaste de manera insensata! 29 Hay poder en mi mano para hacerles mal, pero el ʼElohim de tu padre me habló anoche: Ten cuidado de no hablar bien ni mal a Jacob. 30 Y ahora, si decidiste irte por la nostalgia que tenías por la casa de tu padre, ¿por qué robaste mis ídolos caseros?

31 Jacob respondió a Labán: Porque tuve miedo, pues pensé que me quitarías por fuerza a tus hijas, 32 pero aquél con quien halles tus ídolos caseros, ¡que no viva! Delante de nuestros hermanos examina qué tengo de lo tuyo y tómalo contigo, porque Jacob no sabía que Raquel los hurtó.

33 Por tanto Labán entró en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea, y en la tienda de las dos esclavas, pero no los halló. Al salir de la tienda de Lea entró en la tienda de Raquel. 34 Pero Raquel ya había tomado los ídolos y los metió debajo de la pieza principal del aparejo que sirve para montar sobre el camello, y se sentó encima de ellos. Labán rebuscó por toda la tienda, pero no los halló.

35 Entonces ella dijo a su padre: No se enciendan de enojo los ojos de mi ʼadón porque no me puedo levantar ante ti, pues estoy en el período de las mujeres. Y él buscó, pero no halló los ídolos.

36 Entonces Jacob se encolerizó y recriminó a Labán. Jacob tomó la palabra y preguntó a Labán: ¿Cuál es mi transgresión o cuál mi pecado para que me persigas con tal ardor? 37 ¿Qué hallaste de todos los objetos de tu casa? Porque rebuscaste todos mis enseres. Ponlo aquí delante de mis parientes y tus parientes, y juzguen entre nosotros dos.

38 En estos 20 años que estuve contigo, tus ovejas y tus cabras nunca abortaron, ni yo comí carneros de tu rebaño. 39 Lo desgarrado por fieras no te lo traía; yo pagaba el daño. Lo hurtado, tanto de día como de noche, me lo cobrabas. 40 De día me consumía el calor y de noche la helada, y el sueño huía de mis ojos. 41 Así estuve 20 años en tu casa: 14 años te serví por tus dos hijas, y seis años por tu ganado, y has cambiado mi salario diez veces. 42 Si el ʼElohim de mi padre, el ʼElohim de Abraham y el Temor de Isaac no hubiera estado conmigo, de cierto me despedirías ahora vacío. ʼElohim vio mi aflicción y la fatiga de mis manos, y te reprendió anoche.

43 Entonces Labán respondió a Jacob: Las hijas son mías, los hijos son míos, las ovejas son mías, y todo lo que tú ves es mío. Así pues, ¿qué puedo hacer hoy a estas hijas mías, o a los hijos que ellas dieron a luz? 44 Ven pues, concertemos ahora un pacto tú y yo, y sea testigo entre tú y yo.

45 Entonces Jacob tomó una piedra y la erigió como estela. 46 Y Jacob dijo a sus parientes: Recojan piedras. Tomaron piedras e hicieron un montón, y comieron allí sobre aquel montón. 47 Labán lo llamó Yegar-sajadutah, y Jacob lo llamó Galaad.

48 Entonces Labán dijo: Este montón es testigo hoy entre tú y yo. Por tanto fue llamado su nombre Galaad 49 y Mizpa, por cuanto dijo: Vigile Yavé entre tú y yo cuando nos apartemos el uno del otro. 50 Si maltratas a mis hijas, o si tomas otras mujeres además de mis hijas, mira, ʼElohim es testigo entre tú y yo. Nadie más está con nosotros.

51 Y Labán dijo a Jacob: Aquí está este montón, y fíjate, la estela que erigí entre tú y yo. 52 Sea testigo este montón y sea testigo la estela de que no pasaré de este montón hacia ti, ni tú pasarás de este montón, ni de esta estela hacia mí para mal. 53 ¡El ʼElohim de Abraham, de Nacor y de sus antepasados, juzgue entre nosotros!

Pero Jacob juró por el Temor de su padre Isaac. 54 Jacob ofreció un sacrificio en la montaña y llamó a sus parientes a comer pan. Ellos comieron pan y pernoctaron en la montaña.

55 Temprano por la mañana Labán se levantó, besó a sus hijos y a sus hijas y los bendijo. Luego salió y regresó a su lugar.