Versos

Gedeón, juez de Israel

Jueces 6:1-7:25, ~9 mins

6 Pero los hijos de Israel hicieron lo malo delante de Yavé, y Yavé los entregó en las manos de Madián siete años. 2 La mano de Madián prevaleció contra Israel. Por causa de los madianitas, los hijos de Israel hicieron para ellos mismos las guaridas, las cuevas y los sitios fortificados que están en las montañas. 3 Pues sucedía que cuando Israel sembraba, los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente subían contra ellos. 4 Acampaban frente a ellos y destruían el fruto de la tierra hasta llegar a Gaza. No dejaban comida para Israel, ni oveja, ni buey, ni asno, 5 porque llegaban con sus ganados y sus tiendas, y entraban como una multitud de langostas. Tanto ellos como sus camellos eran incontables. Entraban en la tierra para devastarla. 6 De este modo Israel empobrecía muchísimo a causa de Madián. Entonces los hijos de Israel clamaron a Yavé.

7 Sucedió que cuando los hijos de Israel clamaron a Yavé a causa de Madián, 8 Yavé envió a los hijos de Israel un varón profeta, quien les dijo: Yavé, el ʼElohim de Israel, dice: Yo los levanté de Egipto y los saqué de la casa de esclavitud. 9 Los libré de la mano de los egipcios y de todos sus opresores, a quienes eché de delante de ustedes, y les di la tierra de ellos. 10 Y les dije: Yo soy Yavé su ʼElohim. No teman a los ʼelohim de los amorreos en cuya tierra viven. Pero no obedecieron a mi voz.

11 Entonces el Ángel de Yavé llegó y se sentó bajo el roble que está en Ofra, que era de Joás, el abiezerita. Su hijo Gedeón estaba en el lagar y sacudía el trigo para esconderlo de los madianitas. 12 Se le apareció el Ángel de Yavé y le dijo: ¡Yavé está contigo, valiente guerrero!

13 Gedeón le respondió: ¡Oh, Adón mío! Si Yavé está con nosotros, ¿por qué entonces nos sucedió todo esto? ¿Dónde están todas sus maravillas que nos contaron nuestros antepasados? Dijeron: ¿No nos sacó Yavé de Egipto? Pero ahora Yavé nos desechó y nos entregó en las manos de los madianitas.

14 Yavé lo miró y le dijo: Vé con tu fuerza y libra a Israel de la mano de Madián. ¿No te envié Yo?

15 Y él le dijo: ¡Ay, ʼAdonay mío! ¿Cómo libraré a Israel? Mire, mi familia es pobre en Manasés, y yo, el menor en la casa de mi padre.

16 Pero Yavé le dijo: Ciertamente Yo estaré contigo. Tú derrotarás a Madián como un solo hombre.

17 Y él le respondió: Si hallé gracia delante de Ti, dame una señal de que eres Tú Quien hablas conmigo. 18 Te ruego que no te vayas de aquí hasta que yo regrese a Ti, saque mi ofrenda y la ponga delante de Ti. Y Él dijo: Yo me quedaré hasta cuando regreses tú.

19 Entonces Gedeón entró y preparó un cabrito y una medida de 22 litros de harina de Panes sin Levadura. Luego puso la carne en una canasta y el caldo en una olla. Los sacó y se los ofreció bajo el roble.

20 El Ángel de ʼElohim le dijo: Toma la carne y los Panes sin Levadura y ponlos sobre esta peña, y vierte el caldo sobre ellos. Y él lo hizo así. 21 Entonces el Ángel de Yavé extendió el cayado que tenía en su mano. La punta tocó la carne y los panes sin levadura, y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el Ángel de Yavé desapareció de su vista. 22 Cuando Gedeón vio que era el Ángel de Yavé, dijo: ¡Ay de mí, ʼAdonay Yavé, porque vi al Ángel de Yavé cara a cara!

23 Pero Yavé le dijo: ¡Paz a ti! No temas, no morirás.

24 Gedeón construyó allí un altar a Yavé, y lo llamó Yavé-paz, el cual permanece hasta hoy en Ofra de los abiezeritas.

25 Aconteció que aquella misma noche Yavé le dijo: Toma el toro de tu padre, el segundo toro de siete años. Derriba el altar de baal que tiene tu padre, y corta la Asera que está a su lado. 26 Construye debidamente un altar a Yavé tu ʼElohim, en la parte más alta de esta peña. Luego toma el segundo toro y ofrécelo en holocausto con la madera que cortaste de la Asera.

27 Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus esclavos e hizo como Yavé le dijo. Pero, como temía a la familia de su padre y a los hombres de la ciudad si hacía esto de día, lo hizo de noche.

28 Cuando los hombres de la ciudad se levantaron por la mañana, ahí estaba el altar de baal derribado y la Asera que estaba junto a él, cortada, y el segundo toro fue ofrecido en holocausto sobre el altar construido.

29 Y se decían unos a otros: ¿Quién hizo esto? Cuando indagaron y preguntaron, les dijeron: Gedeón, hijo de Joás, hizo esto. Por lo cual los hombres de la ciudad dijeron a Joás: 30 Saca a tu hijo para que muera, porque destruyó el altar de baal y cortó la Asera que estaba junto a él.

31 Joás respondió a todos los que estaban ante él: ¿Contenderán ustedes por baal? ¿Lo libertarán? El que lo defienda morirá por la mañana. Si es ʼElohim, que contienda él mismo, porque alguien derribó su altar. 32 Por tanto aquel día lo llamó Jerobaal, es decir: Que baal contienda contra él, por cuanto derribó su altar.

33 Pero todos los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente se reunieron, cruzaron y acamparon en el valle de Jezreel. 34 Entonces el Espíritu de Yavé vino sobre Gedeón, y él tocó la corneta, y los abiezeritas se reunieron para seguirlo. 35 Envió mensajeros por todo Manasés, y ellos también se reunieron con él. También envió mensajeros a Aser, a Zabulón y a Neftalí, quienes también subieron a encontrarse con ellos.

36 Entonces Gedeón dijo a ʼElohim: Si vas a librar por mi mano a Israel, según dijiste, 37 mira, voy a poner este vellón de lana en el sitio donde se recoge el grano. Si cae el rocío sobre el vellón y todo el suelo queda seco, entonces sabré que librarás por mi mano a Israel, conforme dijiste. 38 Sucedió así, pues cuando se levantó de madrugada, exprimió el vellón y sacó rocío de él hasta llenar un tazón de agua.

39 Entonces Gedeón dijo a ʼElohim: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablo esta vez. Te ruego que me permitas probar solo esta vez con el vellón. Te ruego que solo el vellón quede seco, y el rocío sobre la tierra. 40 ʼElohim lo hizo así esa noche, porque solo estaba seco el vellón, y el rocío estaba en toda la tierra.

7 Entonces Jerobaal, el cual es Gedeón, y todo el pueblo madrugaron y acamparon junto a la fuente de Harod. El campamento de Madián estaba al norte de ellos, en el valle cercano a la colina de Moré. 2 Yavé dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es muy numeroso para que Yo entregue a Madián en tu mano, no sea que Israel se enaltezca contra Mí y diga: Mi mano me salvó. 3 Pregona a oídos del pueblo: ¡El que tema y tiemble, regrese y retírese de la montaña de Galaad!

Y de los del pueblo se devolvieron 22.000 y quedaron 10.000.

4 Entonces Yavé dijo a Gedeón: Aún el pueblo es mucho. Ordena que bajen a las aguas, y te los probaré allí. Sucederá que del que Yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo. Pero del que te diga: No vaya éste contigo, no irá.

5 Ordenó, pues, que el pueblo bajara a las aguas, y Yavé dijo a Gedeón: Todo el que lama las aguas con su lengua, como lame el perro, lo pondrás aparte, también a todo el que se arrodille para beber. 6 El número de los que lamieron pues llevaron el agua con la mano a su boca fue 300 hombres, pero el resto del pueblo se arrodilló para beber el agua.

7 Y Yavé dijo a Gedeón: Con estos 300 hombres que lamieron el agua los salvaré y entregaré a los madianitas en tus manos. Que todo el pueblo se vaya, cada uno a su lugar.

8 Así que los 300 hombres tomaron en sus manos las provisiones del pueblo y sus cornetas. Y Gedeón envió a todos los demás hombres de Israel, cada uno a su tienda, pero retuvo a los 300 hombres.

El campamento de Madián estaba más abajo de él, en el valle.

9 Sucedió aquella noche que Yavé le dijo: Levántate, baja al campamento, porque lo entregué en tu mano. 10 Si tienes temor de bajar solo al campamento, baja con tu esclavo Fura, 11 y escucha lo que dicen, pues así tus manos serán fortalecidas para bajar contra el campamento.

Y él bajó con su esclavo Fura hasta los puestos de avanzada del ejército que estaba en el campamento. 12 Los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente estaban tendidos por el valle, tan numerosos como langostas, y sus camellos eran incontables, tan numerosos como la arena que está a la orilla del mar.

13 Ciertamente, cuando Gedeón llegó, un hombre estaba narrando a su compañero un sueño y decía: Mira, tuve un sueño: Veía un pan de cebada rodando hasta el campamento de Madián. Llegó hasta la tienda y la golpeó de tal manera que cayó. La trastornó de arriba a abajo de tal modo que la tienda colapsó.

14 Su compañero respondió: ¡Esto no es otra cosa que la espada de Gedeón, hijo de Joás, varón de Israel! ʼElohim entregó en su mano a Madián y a todo el campamento.

15 Sucedió que cuando Gedeón oyó el relato del sueño con su interpretación, se postró. Regresó al campamento de Israel y dijo: Levántense, porque Yavé entregó en su mano todo el campamento de Madián. 16 Repartió los 300 hombres en tres compañías. Puso una corneta en la mano de cada uno de ellos y cántaros vacíos con antorchas encendidas dentro de los cántaros.

17 Y les dijo: Mírenme y hagan lo mismo. Y oigan, cuando yo llegue a las afueras del campamento, lo que yo haga, lo harán ustedes. 18 Cuando yo y todos los que están conmigo hagamos resonar una corneta, entonces cada uno de ustedes también hará resonar una corneta alrededor de todo el campamento y gritarán: ¡Por Yavé y por Gedeón!

19 Gedeón y los 100 hombres que estaban con él llegaron a las afueras del campamento al principio de la vigilia intermedia, cuando acababan de relevar a los centinelas. Y al hacer resonar cornetas, quebraron los cántaros que llevaban en sus manos. 20 Entonces, las tres compañías hicieron resonar las cornetas y quebraron los cántaros. Tomaron con su mano izquierda las antorchas y con su derecha las cornetas para hacerlas resonar, y clamaron: ¡Por Yavé y por Gedeón! 21 Cada hombre se mantuvo firme en su lugar alrededor del campamento, y todo el ejército echó a correr, gritaba y huía.

22 Pues cuando hicieron resonar las 300 cornetas, Yavé levantó la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento. El ejército huyó hasta Bet-sita, en dirección de Zerera, hasta el límite de Abel-mehola, cerca de Tabat.

23 Fueron convocados los israelitas de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, y persiguieron a Madián. 24 Luego Gedeón envió mensajeros por toda la región montañosa de Efraín y dijo: ¡Bajen a encontrar a los madianitas y tomen los vados de Bet-bara y del Jordán antes que ellos! Y todos los hombres de Efraín se reunieron y tomaron los vados de Bet-bara y del Jordán.

25 Capturaron a los dos jefes madianitas: Oreb y Zeeb, y mataron a Oreb en Tsur-oreb, y a Zeeb en Jequeb-zeeb. Y persiguieron a los madianitas, pero las cabezas de Oreb y de Zeeb las llevaron a Gedeón, al otro lado del Jordán.