El carro de fuego
2 Reyes 1:1-2:25, ~5 mins
1 Después de la muerte de Acab, Moab se rebeló contra Israel. 2 Ocozías cayó por la ventana de la sala en el nivel superior de su casa en Samaria. Cuando estaba enfermo envió mensajeros y les dijo: Vayan y consulten a Baal-zebub, ʼelohim de Ecrón, si sanaré de esta enfermedad.
3 Entonces el Ángel de Yavé dijo a Elías tisbita: Levántate, sube a encontrar a los mensajeros del rey de Samaria y diles: ¿Porque no hay ʼElohim en Israel, van a consultar a Baal-zebub, el ʼelohim de Ecrón? 4 Por tanto, Yavé dice: No bajarás del lecho al que subiste. Ciertamente morirás. Y Elías se fue.
5 Cuando los mensajeros volvieron a él, les preguntó: ¿Por qué regresaron?
6 Y respondieron: Salió un hombre a encontrarse con nosotros, y nos dijo: Vayan, vuelvan al rey que los envió y díganle: Yavé dice: ¿Porque no hay ʼElohim en Israel, tú mandas a consultar a Baal-zebub, ʼelohim de Ecrón? Por tanto, no bajarás del lecho al que subiste, pues ciertamente morirás.
7 Entonces él les preguntó: ¿Cómo era aquel hombre que salió a encontrarlos y dijo estas palabras?
8 Y le respondieron: Es un hombre velludo, con un cinturón de cuero atado a su cintura.
Y él dijo: Es Elías tisbita.
9 Entonces le envió un jefe de 50 con sus 50, quien subió a Elías, porque estaba sentado en la cumbre de la montaña, y le dijo: ¡Varón de ʼElohim, el rey ordenó quen bajes!
10 Elías respondió al jefe de 50: Si yo soy varón de ʼElohim, ¡que baje fuego del cielo y te consuma, a ti y a tus 50! Y bajó fuego del cielo y los consumió a todos.
11 Y volvió a enviarle otro jefe de 50 con sus 50, quien le dijo: Varón de ʼElohim, el rey dijo: ¡Apresúrate y baja!
12 Y Elías respondió: Si yo soy varón de ʼElohim, ¡que baje fuego del cielo y te consuma, a ti y a tus 50! Y bajó fuego de ʼElohim y los consumió a todos.
13 Volvió a enviar un tercer jefe de 50 con sus 50. Pero el tercer jefe de 50 subió, se postró de rodillas delante de Elías y le suplicó: Varón de ʼElohim, te ruego que mi vida y la vida de estos 50 esclavos tuyos sea valiosa ante ti. 14 Ciertamente, fuego del cielo bajó y consumió a los dos anteriores jefes de 50 con sus 50. ¡Ahora pues, te ruego que mi vida sea valiosa ante ti!
15 Entonces el Ángel de Yavé dijo a Elías: Baja con él. No le temas. Y se levantó y bajó con él al rey Ocozías.
16 Y le dijo: Yavé dice: Por cuanto enviaste mensajeros a consultar con Baal-zebub, el ʼelohim de Ecrón, como si no hubiera ʼElohim en Israel para consultar su Palabra, no bajarás del lecho al que subiste. Ciertamente morirás.
17 Ocozías murió según la Palabra de Yavé que Elías dijo.
Joram reinó en su lugar el año segundo de Joram, hijo de Josafat, rey de Judá, porque Ocozías no tuvo hijo. 18 Los demás hechos de Ocozías, ¿no están escritos en el rollo de las Crónicas de los reyes de Israel?
2 Aconteció que cuando Yavé iba a alzar a Elías en un remolino de viento al cielo, Elías iba de Gilgal con Eliseo.
2 Elías dijo a Eliseo: Quédate aquí, porque Yavé me envió a Bet-ʼEl.
Y Eliseo respondió: ¡Vive Yavé y vive tu alma que no te dejaré! Entonces bajaron a Bet-ʼEl.
3 Los hijos de los profetas que estaban en Bet-ʼEl salieron a encontrar a Eliseo y le preguntaron: ¿Sabes que Yavé arrebata hoy a tu ʼadón de encima de tu cabeza? Y él respondió: Sí, lo sé, callen.
4 Elías le dijo: Eliseo, quédate aquí, porque Yavé me envió a Jericó.
Y él dijo: ¡Vive Yavé y vive tu alma que no te dejaré! Y fueron a Jericó.
5 Los hijos de los profetas que estaban en Jericó llegaron a Eliseo y le preguntaron: ¿Sabes que Yavé quitará hoy a tu ʼadón de encima de tu cabeza?
Y él dijo: Sí, lo sé, callen.
6 Elías le dijo: Quédate aquí, porque Yavé me envió al Jordán.
Y él dijo: ¡Vive Yavé y vive tu alma, que no te dejaré!
Y ambos fueron.
7 50 hombres de los hijos de los profetas fueron y se detuvieron a lo lejos frente a ellos. También ellos dos se detuvieron junto al Jordán. 8 Entonces Elías tomó su manto y lo dobló. Golpeó las aguas, y se separaron a uno y otro lado. Ambos cruzaron por tierra seca.
9 Sucedió que cuando cruzaban, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti antes que sea arrebatado de tu lado.
Y Eliseo respondió: ¡Te ruego que una doble porción de tu espíritu pose sobre mí!
10 Y él le dijo: Cosa difícil pediste. Si me ves cuando sea arrebatado de tu lado, te será concedida. Si no me ves, no.
11 Mientras ellos caminaban y hablaban, ciertamente una carroza de fuego con caballos de fuego apartó a los dos. Elías subió al cielo por medio de un remolino de viento. 12 Al verlo Eliseo clamaba: ¡Padre mío, padre mío! ¡Carroza y jinete de Israel! Y no lo vio más. Entonces tomó sus ropas y las rasgó en dos pedazos.
13 Recogió el manto de Elías que se le cayó. Regresó y se detuvo a la orilla del Jordán. 14 Al tomar el manto de Elías que se le cayó, golpeó las aguas y dijo: ¿Dónde está Yavé, el ʼElohim de Elías? Cuando Eliseo golpeó las aguas, también se dividieron a uno y otro lado, y Eliseo cruzó.
15 Cuando los hijos de los profetas que estaban al otro lado en Jericó lo vieron, dijeron: El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo.
Luego fueron a encontrarlo, se postraron en tierra ante él 16 y le dijeron: Mira, ahora hay 50 hombres fuertes con tus esclavos. Que ellos vayan y busquen a tu ʼadón, no sea que el Espíritu de Yavé lo haya levantado y lo haya colocado en alguna montaña o valle. Pero él respondió: No los envíen.
17 Pero ellos le insistieron tanto que él se avergonzó y dijo: ¡Envíen! Y enviaron 50 hombres que buscaron tres días y no lo hallaron. 18 Volvieron cuando él estaba en Jericó. Entonces les preguntó: ¿No les dije: No vayan?
19 Luego los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: Ciertamente el sitio de esta ciudad es bueno, como ve mi ʼadón, pero las aguas son malas y la tierra es estéril.
20 Entonces él dijo: Tráiganme una vasija nueva y pongan allí sal. Y se la llevaron.
21 Salió al manantial, echó allí la sal y dijo: Yavé dice: Yo sané estas aguas. No habrá más muerte ni esterilidad por causa de ellas. 22 Y las aguas fueron sanadas hasta hoy, según la Palabra que Eliseo habló.
23 De allí subió a Bet-ʼEl.
Mientras iba por el camino, salieron unos muchachos de la ciudad que se burlaban de él y le decían: ¡Sube, calvo! ¡Sube, calvo! 24 Él se volvió para verlos. Los miró y los maldijo en el Nombre de Yavé. Y salieron del bosque dos osas que destrozaron a 42 de aquellos muchachos.
25 De allí fue a la montaña Carmelo, y desde allí volvió a Samaria.