Versos

Adán y Eva

escrito por Moisés* en Génesis 2:8-3:24, ~4 mins

8 Yavé ʼElohim plantó un huerto al oriente de Edén, y colocó allí al hombre que creó. 9 Yavé ʼElohim hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer. En medio del huerto estaba el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

10 Del Edén salía un río que regaba el huerto y desde allí se dividía en cuatro cauces. 11 El nombre del primero era Pisón. Éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro. 12 El oro de aquella tierra es bueno. Allí hay ámbar y piedra ónice. 13 El nombre del segundo río era Guijón. Éste es el que rodea toda la tierra de Cus. 14 El nombre del tercer río era Hidequel, que fluye al oriente de Asiria. Y el cuarto río era el Éufrates.

15 Entonces Yavé ʼElohim tomó al hombre y lo puso en el huerto de Edén para que lo cultivara y lo guardara.

16 Yavé ʼElohim ordenó al hombre: De todo árbol del huerto puedes comer. 17 Pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comerás de él, porque el día cuando comas de él, ciertamente morirás.

18 Y Yavé ʼElohim dijo: No es bueno que el hombre esté solo. Le haré ayuda semejante a él.

19 Porque Yavé ʼElohim formó de la tierra toda bestia del campo y toda ave de los cielos, y los llevó al hombre para que viera cómo los llamaría. Así como el hombre llamó a cada ser viviente, ése es su nombre. 20 El hombre dio nombres a todos los animales, a las aves del cielo y a toda bestia del campo.

Pero para el hombre no se halló una ayuda semejante a él.

21 Entonces Yavé ʼElohim hizo caer al hombre en un sueño profundo. Y mientras dormía, tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar. 22 De la costilla que Yavé ʼElohim tomó del hombre hizo una mujer, y la llevó al hombre.

23 Y el hombre exclamó: ¡Ahora ésta es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Por esto será llamada Varona, porque del varón fue tomada.

24 Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre, se unirá a su esposa y serán una sola carne. 25 El hombre y su esposa estaban ambos desnudos, y no se avergonzaban.

3 Pero la serpiente era astuta, más que toda bestia del campo que Yavé ʼElohim hizo. Y preguntó a la mujer: ¿Así que ʼElohim dijo: No coman de ningún árbol del huerto?

2 La mujer respondió a la serpiente: Podemos comer del fruto de los árboles del huerto, 3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, dijo ʼElohim: No coman de él ni lo toquen para que no mueran.

4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No morirán, 5 porque ʼElohim sabe que el día cuando coman de él, se les abrirán los ojos y serán semejantes a ʼElohim, conocedores del bien y del mal.

6 La mujer vio que el árbol era bueno para comer y agradable a los ojos, y que era el árbol deseado para alcanzar conocimiento. Tomó de su fruto y comió. Le dio también a su esposo que estaba con ella, y él comió. 7 Entonces se les abrieron los ojos a ambos y se dieron cuenta que estaban desnudos. Cosieron follaje de higuera y se hicieron delantales para ellos mismos.

8 Oyeron el sonido de Yavé ʼElohim, Quien se paseaba por el huerto a la brisa del día, y el hombre y su esposa se escondieron de la Presencia de Yavé ʼElohim entre los árboles del huerto. 9 Pero Yavé ʼElohim llamó al hombre y le preguntó: ¿Dónde estás?

10 Contestó: Oí tu sonido en el huerto y tuve miedo porque estoy desnudo y me escondí.

11 Le preguntó: ¿Quién te enseñó que estás desnudo? ¿Comiste del árbol del cual te ordené que no comieras?

12 El hombre respondió: La mujer que pusiste conmigo me dio del árbol y yo comí.

13 Y Yavé ʼElohim preguntó a la mujer: ¿Qué hiciste? La mujer respondió: La serpiente me engañó, y comí.

14 Entonces Yavé ʼElohim dijo a la serpiente:

Por cuanto hiciste esto ¡Maldita seas entre todos los animales Y entre todas las bestias del campo! Andarás sobre tu vientre. Polvo comerás todos los días de tu vida. 15 Pondré enemistad entre ti y la mujer, Y entre tu descendiente y su descendiente. Éste te aplastará la cabeza Cuando tú hieras su talón.

16 Y dijo a la mujer:

Multiplicaré inmensamente los dolores de tus preñeces. Con dolor darás a luz los hijos, Y tendrás deseo de tu marido, Pero él te dominará.

17 Y dijo al hombre:

Por cuanto atendiste la voz de tu esposa, Y comiste del árbol del cual te ordené: No comas de él, ¡Maldita sea la tierra por causa tuya! Con fatiga comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Espinos y abrojos te brotará Y comerás hierba del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás pan Hasta que regreses a la tierra. Porque de ella fuiste tomado, Pues polvo eres y al polvo volverás.

20 El hombre llamó a su esposa Eva, por cuanto ella sería madre de todo viviente.

21 Entonces Yavé ʼElohim hizo túnicas de pieles para Adán y su esposa, y los vistió. 22 Yavé ʼElohim dijo: Ciertamente el hombre es ahora como uno de Nosotros, conocedor del bien y del mal. Ahora, que no extienda su mano, tome también del árbol de la vida, coma y viva para siempre. 23 Yavé ʼElohim lo expulsó del huerto de Edén para que trabajara la tierra de la que fue tomado.

24 Así pues, expulsó al hombre y situó querubines al oriente del huerto de Edén, con la espada incandescente que se revolvía a todos los lados para guardar el camino hacia el árbol de la vida.